Opinión

Una precuela

Hace poco, en este 2022, estrenaron la película Lightyear, dirigida por Angus MacLane, cuya trama gira en torno a Buzz Lightyear, personaje memorable de Toy Story, que nos relata sus aventuras como guardián espacial. Buzz es un piloto con una gran cualificación, sin embargo, debido a una decisión errada pone en riesgo la misión en la que está inmerso, tras fracasar intenta dar solución a ello, de este modo se aventura en un proceso de aprendizaje en el que irá asimilando la nueva situación en la que se encuentra.
El mensaje fundamental de la realización es la necesidad de saber apreciar los pequeños momentos que se dan en nuestra existencia, porque son efímeros y se van para no volver. Los años pasan, no se detienen, si estamos pendientes de otros asuntos, tal vez importantes (aparentemente), pero no tan trascendentales, nos podemos perder su magia, en resumen, hay que saber valorar cada acontecimiento que se da en el día a día.
Por otro lado, también nos recalca la necesidad de saber adaptarse a las nuevas circunstancias y a entender que nada se mantiene estático, todo está en constante cambio.
La cinta sobresale por el modo en el que nos presenta a sus personajes, estos no son perfectos, se equivocan y tratan de enmendarlo (hecho que los hace más humanos), a pesar de que por momentos sus fallos parezcan absurdos, no dejan de tener como fin que aprendan de los mismos. De este modo logran sobreponerse y, dentro de sus imperfecciones, se forjan un mejor destino, en donde sacarán a relucir la experiencia adquirida en el proceso de acumulación de conocimientos; enriqueciendo su acervo para solventar cualquier problema.
A pesar de lo destacado de su planteamiento, el guion, tal vez, es insuficiente, el argumento por momentos no está al nivel de las imágenes que se observan, haciendo que sea previsible y que pierda, en algunos instantes, misterio en la resolución de ciertas escenas, dejando la sensación de que reformuladas hubieran aportado más al relato y, por consiguiente, a la ficción. Esto deja claro que una obra no solo debe ostentar una bonita forma, sino que, también, debe poseer un fondo que esté al nivel de ella, confluyendo en un discurrir acorde a lo planeado en su metraje.
Luego de ver este filme queda una buena sensación, gracias a lo divertido que resulta. Asimismo, por momentos muestra escenas memorables y diálogos que se quedan retumbando en nuestros oídos. Su ambientación es de lo más detallada, destaca el apartado visual, esta nos lleva a través de su propuesta y llena la pantalla con efectos que deslumbran, se denota el trabajo (labor pormenorizada) que invirtieron en su producción, muestra una personalidad singular. En varias escenas acompañamos a este cosmonauta, Lightyear, en su aprendizaje particular, recorrido sinuoso, y somos testigos de sus dudas, pues no es el típico héroe que se regodea en su grandeza, sino que aprende de sus errores, estos se convierten en alicientes para sobreponerse y a pesar de ello enfrentarse, con más fuerza, a los escenarios variables de su vida.

Lume

Agli