Opinión

Un viaje íntimo

Hace algunos días vi la película Roma (Alfonso Cuarón, 2018), ambientada en el México de los años 70 del siglo pasado. Se enfoca en narrarnos la historia de una familia de clase media alta. Desde el inicio el director nos cuenta una historia que recorre sus recuerdos, generando un ambiente íntimo gracias al tono cercano de las imágenes.
Hasta aquí todo bien, pero, un punto flaco es la forma superficial de mostrarnos a los personajes, no nos quedan claras sus motivaciones. Los vemos interactuando y están diferenciados por su procedencia, por el estrato social al que pertenecen, por un lado, tenemos a la familia pequeño burguesa y, por el otro, a la servidumbre, esa separación se ve en situaciones como el de las fiestas navideñas, amos y sirvientes no comparten el mismo espacio, lo celebran apartados. Es así que los hechos más importantes no pasan de ser simples anécdotas, por eso no llegamos a sentir empatía con los arquetipos representados. Dentro de todos ellos, hay un foco central, Cleodalgia Gutiérrez, encarnado por Yalitza Aparicio, cuya manera natural de actuar hace más atractiva la película. Su intervención es el eje que da sentido a la trama, a pesar de ser una actriz debutante, destaca por su interpretación.
Un asunto qué generó polémica, fue el del idioma. Se escribieron varios artículos sobre el problema de comprensión de algunos términos utilizados en México y que no eran habituales en España. En diversos foros se alegaba que era difícil entender el argot empleado, tal vez pensando en ello la empresa que ofrecía la cinta en streaming, se decantó por ofrecer subtítulos, lo que generó una situación extraña, la posibilidad de ver una obra en español con subtítulos en español. Sin embargo, hacer el esfuerzo para entender no vendría mal, el idioma es rico gracias a los distintos matices que adquiere en los lugares en los que se habla, eso es algo que debería conservarse, es necesario considerar a la lengua como un ente vivo; gracias a esta cualidad se adapta a las circunstancias y necesidades.
El país que nos presenta Cuarón es uno en el que se están produciendo cambios y en donde se vive la transición de una época a otra. Esta situación daría para escribir otra historia, pero perfilaría por otro sendero su argumento, por eso, no se centra en la problemática social y se enfoca en mostrarnos el ambiente hogareño en el que creció, el de la colonia Roma, generando un clima personal, esa atmósfera se ve trastocada a causa de los vericuetos que recorren sus integrantes.
Visionar esta cinta es ser partícipe de una realidad lejana. Lo que nos muestra en ese espacio difiere al de otras partes del mundo. El director se encarga de presentarnos los rostros que posibilitaron cambios sustanciales en su existencia. Quizás algunos desconozcamos el tema del que trata, por la distancia que nos separa del mismo, sin embargo, eso no es impedimento para disfrutar de esta obra que desborda calidad y ternura por todas partes.

Mitchel Ríos

Lume

Agli