Opinión

Señor Orange

Reservoir Dogs es una película que he visto varias veces, aún recuerdo la primera (no la olvidaré). Me la recomendaron porque pertenecía a la filmografía de Quentin Tarantino y, además de ser entretenida, su trama, dirección y la labor de sus actores, hacía de ella una excelente producción. Quien lo hizo no se equivocó, ya que no bien se empieza a ver se perciben estas cualidades y más. Desde esa oportunidad se convirtió en una de mis preferidas, debido a esto sé de memoria varias escenas, sé en qué momento se van a dar, sin perder interés, pues las espero con impaciencia. La volví ayer a ver debido a que la echaban en una de las aplicaciones de video bajo demanda, no tenía planificado verla entera, pero no bien la empecé no pude dejar de hacerlo hasta que finalizó, simplemente te atrapa.
Esta obra fue estrenada en 1992, su argumento es simple, nos cuenta el proceso de la organización de un golpe. Un mafioso junta a un grupo de delincuentes para robar una joyería, el trabajo es sencillo, sin embargo, lo que al inicio parecía el atraco perfecto, se va complicando, ya que las cosas no salen como esperaban. La idea de que hay un policía infiltrado en sus filas se subraya conforme analizan la situación, de tal modo que se irá mostrando el procedimiento para descubrirlo, lo que generará conflictos en el interior de la banda.
La estructura de esta realización no es lineal, da saltos en el tiempo, encargándose de presentarnos, mediante este ardid, a los personajes principales, sus motivaciones, cualidades y personalidades. Además, tiene escenas efectistas que consiguen mantenernos expectantes. La forma en la que usa los flashbacks rompe el modo en el que se narra la historia. Tarantino utiliza todas las herramientas de las que dispone para aplicar un modelo particular que da forma a su proyecto, consiguiendo así dar realce a lo que está contando.
Los componentes de la cinta son expuestos de forma simple. Desde el inicio, con una conversación cualquiera, muestra que apartará de los cánones establecidos. En otras producciones que abordan el tema de las bandas criminales, los malos nunca caen bien, son gente sin escrúpulos, cosa que no sucede en este filme, aquí se los muestra como seres comunes que ríen, sufren y pasan diversos trances, como cualquier mortal. La performance de los actores hace que sus encarnaciones sean entrañables y, de este modo, adquieran matices específicos. La idea que expone se irá desenvolviendo, conforme avance el relato, hasta tener un desenlace inesperado.
El buen sabor que deja está realización, tras verla, es único. Sus saltos temporales, sus elipsis y la forma en la que se realiza, le da, sencillamente, toques magistrales que generan suspenso. Por todo esto, nos mantiene pegados a la pantalla con la esperanza de descubrir en que desencadenarán las acciones y el devenir de los personajes. Consigue que empaticemos con sus arquetipos, a pesar de ser unos criminales, en ningún momento los juzgamos, logra que nos dejemos llevar por las intenciones del director que nos ofrece una producción de autor.

Lume

Agli