Opinión

Perfil de calidad

Navegando por la red me encontré con una noticia que puede sonar a broma, pero, lamentablemente es verdad. Dentro de poco se hará efectiva una propuesta que implementará controles estrictos a los perfiles de redes sociales de todos los que quieran obtener un visado para Estados Unidos, sin tomar en cuenta la causa del viaje y la permanencia del interesado. Hasta ahora era voluntario, pero a partir de su aprobación, este control sería obligatorio, una raya más al tigre dentro de todos los dispositivos que están implementando en ese país como parte de su política de control de inmigración. El fin es evitar la entrada de gente con ideas extremistas, quedando exentos los diplomáticos y las personas a las que, por determinados motivos, no se le requiera ese documento. Se analizará toda la actividad durante los cinco años previos a la solicitud del visado. Se contemplan más de una veintena de plataformas: Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, por nombrar las más conocidas. El gobierno norteamericano también quiere conocer los números de teléfono, direcciones postales y correos electrónicos, usados durante ese tiempo.
Después de leer la noticia me fijé en los comentarios, a veces suelen ser lo más enriquecedor. Algunos consideraban correcta esa medida, solo así se puede evitar el ingreso de indeseables, para reafirmar su posición ponían como ejemplo, los perfiles que abogan a favor de determinadas ideologías, en ellos se pueden ver como se enaltecen ciertos movimientos ultras, eso de por sí debería ser razón más que suficiente para prohibir la libre circulación en cualquier país.
Otros, por el contrario, sostienen que no es posible que ahora quieran hacer pasar a todos los aspirantes por ese filtro, afirman que es un ataque a la libertad de expresión, consideran que todos los papeles solicitados a la hora de presentarse en cualquiera de sus oficinas, son más que suficientes, simplemente, añadían, es la gota que colma el vaso, con ello quitan las ganas de viajar a ese lugar, pero, dentro de todo, no les sorprende, así viene siendo la política de ese país.
Yo no sé qué pasaría si investigan mis redes sociales, considero que no he tenido un comportamiento fuera de los márgenes correctos; sin embargo, visto desde otra posición, quizá lo que para mí esté bien no lo esté para otros. La red no es un lugar en donde campee la anarquía, existen normas y se dejan rastros, nuestra actividad nos perseguirá por el resto de nuestra vida virtual, en tanto no suceda un cataclismo; se borre todo rastro informático o se destruyan las bases de datos mundiales, es decir, un apocalipsis que haga añicos la sociedad, tal como la conocemos, y deba iniciarse desde cero.
Hace poco surgió un debate por el uso de los datos que hacía google de los usuarios de su plataforma, prometiendo un servicio pormenorizado, requería memorizar la información personal en sus programas, en aras de hacer más sencilla la navegación. El problema surgió porque había gente que no podía borrar enlaces en donde aparecían sus nombres sin su consentimiento. A raíz de esto la unión europea aprobó el derecho al olvido en el año 2014, para acogernos a él es necesario realizar una solicitud para ser borrados de sus bases de datos, sin embargo, eso sucede con quienes lo solicitan, mientras tanto, esta empresa conserva miles de perfiles para ser usados en el momento adecuado.
Hace unas semanas Facebook se vio implicada en el tráfico de información, más de cincuenta millones de usuarios se vieron afectados por la fuga de sus datos personales, para ser utilizada en diversas cuestiones, este asunto es el más sonado hasta ahora. Ha hecho que las acciones de la empresa norteamericana bajen su valor y, en cierto modo, pierda credibilidad de cara al público, muchos de los usuarios se han replanteado darse de baja de esa red social; nada asegura que vuelva a suceder lo mismo, eso no se soluciona solamente con despedir a su jefe de seguridad.
Para sacar un visado a cualquier país se debe que pasar por diversos filtros, la cuestión es demostrar que uno no va a quedarse al país para el que se lo solicita, ahora, si ya demostramos que tenemos los recursos, eso de indagar en nuestras redes sociales ¿es necesario? ¿bajo qué parámetros serán juzgadas nuestras redes sociales? ¿en base a qué se analizará nuestra actividad en la red?, son preguntas sin responder.

Mitchel Ríos

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