Opinión

Olvidar depués de leer

La vida es monótona para Osborn Cox (John Malkovich), trabaja en la CIA, sigue una rutina todos los días, casado con Kate (Tilda Swinton), una médica con quien las cosas no van bien. Un buen día es llamado a la sala del jefe; le informan que piensan reubicarlo, arguyen su incapacidad para seguir en su puesto de trabajo por su afición al alcohol, siente mellado su orgullo. Herido en su amor propio decide abandonar el trabajo —es mejor retirarse a ser despedido—. Después de dejar el trabajo se inicia en el arte de escribir para redactar sus memorias, en el camino todo se tuerce, su mujer desea divorciarse porque mantiene una relación con Harry Pfarrer (George Clooney), un tipo al que ha conocido en una página de citas. Este personaje usa este medio para ligar, es así, que gracias a ello tiene aventuras, utilizando de manera sutil sus dotes de seductor. Las cuentas del ex agente de la CIA son bloqueadas, se comienza a desmoronar todo su mundo, las cosas no eran como él pensaba.
La película Burn after Reading (Quemar después de leer, hermanos Coen, 2008), es una parodia de las películas de espías, su trama caótica, de narración lenta al inicio, conforme van pasando los minutos se va volviendo interesante, haciendo que la historia nos capture y se nos haga corta. Los primeros planos, el posicionamiento de la cámara, es algo característico en la manera de dirigir de estos cineastas. Esta película no es la mejor de los Coen, si la comparamos con: The Big Lebowski (El gran Lebowski, 1998), Fargo (1996), No Country for Old Men (No es país para viejos, 2007), Miller’s Crossing (Muerte entre las flores, 1990), Barton Fink (1991). Tiene elementos que hacen que sea un filme entretenido, pero no es del tipo que nos provoque volver a verlo.
Uno de los elementos desaprovechados en la película es la actuación de John Malkovich, un excelente actor, pero cuyo papel no tiene la fuerza necesaria dentro de la historia, es el personaje con el que se inicia todo, sin embargo, pasa a un segundo plano cediendo el paso a otros personajes que serán los que irán construyendo el mundo posible en el que se desarrollan los acontecimientos.
El personaje de George Clooney es el encargado de ir dándole sentido y ordenando los diferentes sucesos que se dan en el filme. Adicto a las aventuras, es un don Juan, inventándose una biografía a la medida de la pareja de turno, se adapta a las circunstancias y tiene la palabra adecuada para quedar bien con su conquista del momento, no obstante, su paranoia crece, en una parte de la historia esa sensación se le va de las manos, decide abandonar todo; escapar del país.
La parte cómica de la película la pone Chad Feldheimer, encarnado por Brad Pitt, un entrenador de gimnasio, trabaja junto a Linda Litzke (Frances McDormand), una mujer preocupada por el paso de los años y su aspecto físico, anhela realizarse las operaciones estéticas que sean necesarias para ser más atractiva, considera a su aspecto el culpable de su soledad, por eso cree de suma importancia someterse a esas cirugías, el único problema que tiene es la falta de dinero, su seguro no cubre ese tipo de intervenciones. Chad participa en escenas cómicas, para él la vida es una broma, por lo que se ve no se toma nada en serio, no mide el peligro de las circunstancias. Por curiosas casualidades una copia de las memorias escritas por Osborn cae en manos del entrenador del gimnasio, al enterarse de que es un CD con información de un agente de la CIA, Linda ve la oportunidad de conseguir el dinero que necesita, por eso decide solicitar ayuda a Chad para extorsionarlo.
Una historia plagada de personajes diversos, distintos, con formas particulares de ver a su entorno, nos introducen en una ficción entretenida, risible por momentos, banalizando con temas como el espionaje y la manera como pueden controlar nuestros movimientos, una instantánea de la forma en la que se puede mentir y que con el tiempo comiencen a perturbar la tranquilidad del medio, por eso es recomendable olvidar este texto después de leer.

Mitchel Ríos

Lume

Agli