Opinión

¡No temim por!

Es lamentable lo acontecido en Barcelona, sin embargo, mientras existan países que directa o indirectamente financien a estos grupos terroristas y les faciliten los medios para armarse, de nada servirá que se pongan en marcha dispositivos para proteger a la ciudadanía, seguirán ocasionando destrucción. Los estados deben tener en cuenta ello y romper cualquier tipo de relación con los países que vendan armamento o apoyen con determinadas acciones el establecimiento de estos grupos armados.
Se debe combatir el surgimiento de ideas radicales. Estas establecen paradigmas que dividen a las personas por sus creencias religiosas y ensalzan valores —desfigurados— de religiones que no representan, considerando que la verdad absoluta es la inculcada dentro de un cenáculo que simplemente piensa en su comodidad.
Un espacio que funciona como caldo de cultivo para este tipo de pensamiento es Internet, existen diversas fuentes, además de variada información. Es deplorable ver, en las redes sociales, que se bromee con estas cosas o se alegren por la realización de un ataque violento —causante de muertes—; se extrapola la ideología a la vida. Muchas de estas personas se escudan en el anonimato que les brinda el entorno virtual, estar delante de una pantalla les hace perder el sentido de la realidad.
En este entorno proliferan los foros en donde se debaten este tipo de problemáticas, a veces se puede leer mensajes cuasi fundamentalistas —nadie los toma en serio porque son en un medio apartado del mundo real—, sin embargo, viendo los últimos acontecimientos, tal vez sería necesario enfatizar en la seriedad del caso y mirar de reojo a quien suelta este tipo de mensajes, aunque, luego quiera quitarle seriedad al asunto añadiendo que todo es una broma y el tema termina ahí. Esto sucedió con uno de los asesinos de la Rambla, un menor de diecisiete años, no perdía oportunidad para demostrar su filiación ideológica, sin embargo, enfatizaba que todo era solamente un chiste; nadie tomó en serio el mensaje que profería en las notas que escribía, era considerado un troll más, uno de tantos que existen en este medio; por eso no se le ocurrió a nadie que las amenazas terminaran siendo efectuadas.
La seguridad en la red es necesaria, se debe ser más duros con los castigos para todos aquellos que demuestren odio y desprecio hacia los demás, lo que puede empezar como un juego puede devenir en hechos desafortunados. No se puede permitir que ideas que promuevan el odio y la violencia anden libremente en un entorno que debe unir en lugar de separar.
Nuestro desenvolvimiento no se puede ver supeditado a la ocurrencia de los terroristas, eso sería hacerles publicidad y decirles que han logrado su cometido. Tampoco podemos permitir que grupos radicales enarbolen la bandera de la paz —con mensajes pseudo patriotas— ese sería un error porque en su génesis no está unificar, sino segregar. El estado tiene fuerzas encargadas de velar por nuestra seguridad y todos los días están desplegadas en lugares puntuales.
La mejor manera de mostrar a los terroristas lo inútil de sus acciones, es manifestar que siguen fallando en su cometido, no podrán destruir el ideal de paz y confraternidad que compartimos, por eso debemos unirnos y gritar a una sola voz: «¡No temim por!».

Mitchel Ríos

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