Opinión

Inevitable

En una casa de retiro, un personaje, con bastantes canas, Frank Sheeran (interpretado por Robert de Niro), comienza un relato y con ello nos hace participes de su historia. Gracias a sus recuerdos comenzamos a adentrarnos en su narración. Es directo, no se va por las ramas, sin embargo, el aire melancólico se vuelve un elemento constante en lo que nos cuenta, como si aquel tiempo hubiera sido mejor que el actual, como si al contárnoslo pudiera revivirlo y, asimismo, traerlo al presente para, de una forma sosegada, dar sentido a sus palabras.
La película El irlandés (The irishman, 2019, Martin Scorsese), se enfoca en mostrarnos la vida de un grupo de personajes a través del tiempo, nos expone el ascenso, la forma cómo vivían al margen de la ley y la manera en la que desaparece ese mundo.
Irremediablemente nada se mantiene estático, todo está en constante cambio y el medio, tal como lo conocemos, no será igual en el futuro. Así se va desarrollando el argumento y la sucesión de los hechos.
La obra tiene momentos trepidantes, otros, sin embargo, carecen de fuerza, sin embargo, consigue mantenernos pegados a la pantalla durante todo el tiempo que dura, en ningún momento se hace densa, tampoco aburrida, una cosa difícil a estas alturas, pues, no siempre se consigue. En todo su desarrollo se nota el buen hacer de su director y el buen trio que conforman Al Pacino, Pesci y De Niro, mostrándonos que su talento se mantiene intacto a pesar del paso de los años.
Esta cinta me causó tristeza, en sus tres horas y media nos lleva por la vida del irlandés, el camino que recorre. Después de verla me dejó diferentes sensaciones, como se pasa la vida en un santiamén y como de todo lo vivido solo quedan rastros, recuerdos, evocaciones. El modo en que uno, sobre la marcha, queda imposibilitado de enrumbar su destino, como aparece la gente y desaparece. Esta visión es una imagen del sendero que todos recorreremos, llegaremos a ese punto en donde todo no será más que un recuerdo y confundamos la realidad con el pasado, este punto al cual todos arribaremos solo devendrá en el fin. La morriña que me ocasionó es porque soy un ser humano aprendiendo a vivir y veo esa trama como un espejo, quizás tenga temor a lo que no conozco y está por venir, tal vez considere que el ser consciente de la cercanía del final me aflige.
Al concluir, la idea que queda rondando es la del paso de los años, inevitable para todos. El personaje que funge de hilo conductor está en el cenit de su existencia, donde se encuentra rodeado de fantasmas, todos sus conocidos han muerto (por lo menos los actuantes de sus memorias). Su mundo ha cambiado, pero, a pesar de ello, sigue siendo leal con la gente que no está, en su mente se ha congelado esa época y los hechos se sucederán, una y otra vez, durante el resto de su vida, mientras pervivan en sus rememoraciones.

Mitchel Ríos

Lume

Agli