Opinión

Free to play

Este año estrenaron la película Free Guy, dirigida por Shawn Levy. Una cinta que entremezcla la realidad con los videojuegos, mostrándonos en su trama lo que sucedería si un personaje de ficción de la noche a la mañana obtuviera el libre albedrío y, por consiguiente, se diera cuenta de su condición.
El planteamiento de que un personaje creado artificialmente, mediante un código fuente y una serie de algoritmos, obtenga consciencia de sus actos, es interesante.
Si sucediera algo semejante en alguno de los juegos de rol que existen en el mercado, cambiaría por completo nuestra forma de verlos, cabe señalar que a estos acceden, con frecuencia, miles de usuarios con su propio avatar y su aspecto editado, en donde tratan de crearse una personalidad ficticia que se adecúe a sus anhelos y expectativas, para encajar en un entorno que les da las herramientas necesarias para llevar al límite su imaginación.
Me acerqué sin demasiadas expectativas a esta realización, no esperaba una obra maestra, tampoco que fuera un punto de quiebre en el cine de ciencia ficción, sin embargo, consigue entretener. De vez en cuando es gratificante ver una obra que no se llene de vanidad pretenciosa, que sea clara en su propuesta y no se meta en disquisiciones que no vienen a cuento. No obstante, a pesar de ser un simple producto de entretenimiento, logra generar preguntas que requieren respuestas elaboradas, ¿hacia dónde vamos con el avance tecnológico?, ¿se podrá generar inteligencia artificial que consiga evolucionar gracias a la retroalimentación con el entorno en el que se desenvuelve?, sin duda, estas disquisiciones son peliagudas, porque no se pueden responder en una sola línea, se requieren tratados enteros para llegar a tener una réplica, más o menos, aceptable.
Como consumidor de videojuegos me resultaría gratificante interactuar con una IA que cambiara su comportamiento en cada nueva partida, que me sorprendiera con giros inesperados en su conducta y, asimismo, que fuera capaz de hacer más intrincado pasar los distintos niveles del juego de turno. En la actualidad esto no es posible debido a que los personajes no elegibles en los juegos (NPC) tienen reacciones predefinidas ante diversos estímulos, haciendo que algunas partidas resulten tediosas, a causa de predecir lo que va a suceder si me enfrento a determinado NPC. Esto ha sucedido desde el origen de los videojuegos, cuando los usuarios logran predecir lo que hará la IA, pueden pasar de niveles sin demasiado esfuerzo. Es así que los programadores quieren llevar a otro nivel el modo de desenvolverse de sus creaciones, por eso, pensando en el futuro y con el avance de los medios, probablemente, en unas cuantas generaciones de ordenadores conseguirán ese fin, alcanzando con esto representaciones similares al mundo real, en donde cada personaje tenga personalidad y pueda hacer más intuitiva su relación con el usuario. Esto conllevaría que cada partida fuera única e irrepetible y la historia fuera diferente en cada ocasión que la volviéramos a jugar.
Esta obra llena la vista con sus efectos especiales y el modo de presentar sus personajes. Tras verla deja buenas sensaciones, pero también deja la impresión de que pudo hacer más hincapié en el modo en el que se logró generar la IA que desencadenaría la evolución de Guy, dejando de lado esto, la experiencia es divertida.

Lume

Agli