Opinión

Experiencia en el desierto

Desde hace mucho tiempo atrás tenía planificado ver Lawrence de Arabia, obra dirigida por David Lean y estrenada en 1962. Sin embargo, no tuve la oportunidad hasta hace un par de días. Esta demora se produjo, en gran medida, por su extensión de aproximadamente doscientos veintidós minutos, debido a esto fui aparcándola.
La trama de la obra se desarrolla durante La Primera Guerra Mundial (Gran Guerra 1914-1918), en tales circunstancias un oficial británico, T.E. Lawarence, es enviado al desierto para demostrar el apoyó inglés a los árabes en su contienda contra Turquía. Tras múltiples aventuras comenzará a demostrar sus capacidades como estratega y, con ello, hará crecer su popularidad entre los naturales del lugar.
Como toda película que se basa en hechos históricos esta se toma licencias para la elaboración de su guion, ya que su fin es el de ensalzar al personaje Lawrence, porque es el arquetipo principal de su ficción, tal vez si se hubiera ceñido a lo real, esta no sería tan atractiva como resulta ser una vez retocada, por eso alguien que considere a esta realización como una producción biográfica, o documento fidedigno, estará equivocado, perderá su tiempo.
Por otro lado, los añadidos que le da al filme el lenguaje cinematográfico, es sumamente importante, debido a que ofrecen al espectador una travesía en un mundo bella y artísticamente diseñado, cada segundo de su metraje exhala arte.
Su fotografía destaca por las secuencias en las que se alza como lo más notorio de los artificios utilizados en su composición. Su colorido, sus claroscuros, así como su panorama hacen que lo estético sea la huella que predomine durante su visionado.
La película impacta por los escenarios e interpretaciones del elenco. Podemos acompañar a Peter O’Toole durante la evolución del personaje que encarna, siendo partícipes de sus aventuras y sinsabores a lo largo de la cinta. Su viaje queda fastuosamente representado en su travesía en el desierto, en donde el paisaje parece inalterable, los seres humanos pasarán y este se mantendrá, el medio es sin duda apabullante. A esto se añade la buena dirección y el correcto desarrollo de la historia, la manera en la que presenta a sus actuantes hace que el ritmo sea pausado y que se disfrute la experiencia.
Cuando me decidí a verla planifiqué hacerlo en dos sesiones, ver dos horas un día y el resto después. No obstante, esto quedó en nada, una vez que le di a reproducir al control de la televisión me adentré en una obra que me atrapó desde el primer instante, por momentos tuve ganas de visitar el desierto, recorrer su majestuosidad y sentir en mis carnes la sensación de transitar por un lugar inhóspito.
Al concluir me dejó buenas sensaciones, me arrepentí de haberme perdido durante mucho tiempo una de las mejores realizaciones jamás rodadas solo por su duración, pues obvié que uno nunca debe fijarse en la cantidad de tiempo que se puede invertir viendo una película, sino en lo que nos puede ofrecer; gracias a esta obra lo he recordado y nunca más lo olvidaré.

Lume

Agli