Opinión

Etapa pasajera

Las dudas y la confusión en la toma de decisiones se dan constantemente durante nuestro desarrollo, no obstante, en la adolescencia estas se ven incrementadas. En esta fase del crecimiento se van perfilando los distintos mecanismos de nuestra personalidad.
En esta etapa se ven problemas en todas partes, su tránsito se hace eterno para quien la está viviendo, durante esta época se carece de paciencia. Al pasar el tiempo y evocar ese periodo, no deja de ser anecdótico, para bien o para mal, todos lo hemos vivido.
La literatura y el cine nos cuentan historias a base de palabras e imágenes. Suelen mezclar, fantasear y también ilustrar sobre situaciones que, de otro modo, no se podría.
Por ejemplo: En el cine, la embriaguez puede ser representada como el viaje a un mundo mágico, en el mundo real no pasa de ser un momento pasajero, en la ficción se profundiza en ese instante, extendiéndolo al punto de plantear ese estado como una puerta de entrada hacia cosas fabulosas.
Una película que nos introduce en el mundo de la adolescencia es Lady Bird (Greta Gerwig, 2017); se centra en relatarnos el último año en la escuela de una jovencita próxima a cumplir los 18 años. De forma gráfica representa la incertidumbre ante las nuevas experiencias a causa de su inestabilidad emocional.
Esta cinta se desarrolla desde una visión caótica, al parecer fue concebida así para introducirnos dentro de ese mundo desordenado y de situaciones absurdas del mundo juvenil, a pesar del esfuerzo de la directora por hacer que empaticemos con la protagonista, no se consigue el efecto deseado, en ningún momento se logra sentir alguna conmiseración hacía ella, más bien se toma una posición crítica. Tal vez la trama abordada desde otra perspectiva hubiera funcionado, se pierde en las dudas y en la profundidad que quiere aparentar, quedándose en una simple visión superficial. Intenta manifestarse como un producto novedoso, exento de clichés y estereotipos pueriles, mas, ese mensaje se difumina en los titubeos del narrador.
Christine busca impresionar y llamar la atención con sus aforismos rebuscados, para demostrar su libertad de decir lo que piensa, sin embargo, esa ficción se va desmoronando en el transcurso de la película, no deja de ser una niña. En su mundo de ilusiones cree saberlo todo, la realidad paralela en la que se desenvuelve es solamente una percepción errada del entorno, por eso reniega de él, quiere ser distinta, distanciarse de todo y empezar una nueva vida, su familia es un lastre para sus planes. Su problema es ir de sabihonda, desdeña todo y a todas las personas que quieren acercarse, se considera capaz de hacer lo que quiera sin sopesar sus limitaciones y/o circunstancias, su mal mostrada rebeldía se constata en desoír los consejos de sus padres. Esa búsqueda por diferenciarse del resto es solo un espejismo, no deja de tener los mismos anhelos de las chicas de su edad, quizás ese sea el mensaje de la cinta: la jovencita aún sigue en el proceso de crecer, llegar a la universidad no la hará madurar como por arte de magia. De repente y sin saber cómo, al iniciar el camino de sus sueños, sorteando todos los obstáculos, descubre que lo verdaderamente valioso se encuentra en la ciudad que ha dejado atrás, demostrando el mundo de contradicciones que anida en su cabeza.
Esa etapa de caos y dudas es pasajera, todos la hemos pasado, hemos sido rebeldes, nos hemos enfadado con nuestros padres, a veces sin razón, algunos hemos sido más duros con las exigencias realizadas, a causa de nuestro poco entendimiento y poca asimilación de nuestra realidad, llegando a ser injustos sin ninguna razón. Todo esto se llega a entender cuándo se va madurando, uno va comprendiendo ciertas actitudes para con nosotros, todo tenía un sentido, el de hacernos lo que somos en la actualidad, pero es un proceso, uno no piensa de forma centrada de la noche a la mañana.

Mitchel Ríos

Lume

Agli