Opinión

En el aire

La luz en el cine se apaga, de repente, la pantalla se ilumina, ante la inquietud de lo que veré me acomodo mejor en mi asiento. Durante los días anteriores se despertó mi interés por la cinta que voy a visionar. Es la primera vez que asisto a un estreno, me encontré con mucha gente en la taquilla. Una vez acomodado, comienzan a pasar publicidad (es común que lo hagan), eso hace que crezca la impaciencia por ver la obra. La sala se oscurece más, el lugar parece más lleno, por algunos lados se escuchan murmullos, sin embargo, al iniciarse la sucesión de imágenes, el recinto queda en silencio y así seguirá durante, al menos, once minutos con treinta segundos —todos observan atentamente—. Más que un largometraje parece un cortometraje, pues, en ese lapso hace sentir al espectador cientos de emociones. Cuenta una gran historia sustentada en una musiquilla que adereza el ambiente y la gestualidad de sus intérpretes. Esos minutos han sido el resumen de la vida del personaje principal, quien será pieza clave en el discurrir de las acciones venideras. Esa fuerza del inicio no deja de generar inquietudes, me percato de que no soy el único, no deja a nadie indiferente. A partir de aquí empieza la puesta en escena, cuyo vaso comunicante es el arquetipo del inicio, aunque sigan repitiéndose en mi cabeza las primeras imágenes.
Está obra, UP, fue estrenada el 2009 y realizada por Pixar. Su trama es sencilla: el proceso de la vida, el paso de los años, el cambio de perspectiva de las cosas y a pesar de que nuestros sueños parezcan utópicos, nada es imposible si conservamos la esperanza, aunque tengamos obstáculos en el proceso.
A menudo se suele pensar que las cintas de animación están enfocadas a un público infantil. Se tiene la idea de que, lo planteado en su historia, no será un reto para la inteligencia, sin embargo, esa concepción ha dado paso a mirar de otro modo este tipo de realizaciones. Sus argumentos, en la actualidad, tienen un nivel alto de dificultad, representando escenas que, tal vez, en películas convencionales, serían difíciles de plasmar, en cierto modo son más efectistas, son más sobresalientes sus objetivos al tener en su mano elementos que, de otro modo, no tendrían.
El inicio de UP es apabullante, con él queda demostrada la calidad del estudio Pixar para contar historias de una forma sencilla, sin demasiados aspavientos; su técnica narrativa encandila, el relato llena por completo la pantalla y permite empatizar con lo que está sucediendo. Esa ilusión (animación) es parte de un artificio que, aunado a la atmósfera nostálgica, se transforma en la baza que engloba lo efímero de la vida, nuestro presente será pasado en nuestro futuro, y pasará a formar parte de ese círculo que no se detiene, se relacionan intrínsecamente, uno no se puede entender sin el otro.
Sería bueno dejar de lado los convencionalismos y permitir la salida a nuestro niño interior, quizá, sí reflexionáramos desde esa perspectiva, el mundo sería diferente, podríamos hacer realidad nuestros sueños más frenéticos.

Mitchel Ríos

Lume

Agli