Opinión

Días de series

Algunos días apetece quedarse en casa, apalancarse, leer un libro, ver películas, documentales, series. Desconectar de todo, olvidarse del mundo exterior, algo poco probable, debido a que estamos híper conectados. Los móviles hacen de puente y no dejan de proveernos de noticias, nos saturan de información, por eso, tratando de innovar, una empresa de equipos telefónicos tiene la iniciativa de sacar al mercado dispositivos que únicamente sirvan para realizar llamadas, sin internet, sin aplicaciones; una oferta vintange en toda regla.
En estos días de descanso, cuando hacemos zapping, solemos toparnos con series antiguas, nos producen nostalgia, en algunas se nota el paso del tiempo, los años han mermado la calidad de la imagen, se ve borrosa, se percibe que fueron realizadas en una época sin las herramientas con las que se cuenta en la actualidad. Hablamos de un tiempo en el que los televisores no tenían la resolución de los actuales, usaban antenas y, a veces, era necesario moverlas para dejar de ver la imagen con interferencias, nuestra comodidad para verlas estaba subordinada a las condiciones meteorológicas, para los que lo sufrieron era un constante dolor de cabeza; sin embargo, en aquel momento, era lo mejor que había, pero cotejada con la oferta actual no hay punto de comparación, la calidad de la imagen es estupenda. Con el tiempo irá destacándose más porque esa calidad superará a la que podemos ver hoy, gracias a los avances en este campo. El día en que esta nueva tecnología se convierta en norma, podremos disfrutar de sus ventajas.
Las series se han ido convirtiendo en la mejor opción para pasar el rato, no obstante, si no tenemos claro lo que queremos ver, podemos pasar horas enteras buscando, debido a los miles de títulos a nuestra disposición. Entre buscar referencias, leer sinopsis y ver el nombre de los actores, se pierde un tiempo que se podría haber invertido en hacer algo más provechoso. Este dilema es usual, convirtiendo nuestras tardes en una búsqueda sin sentido. Ingresar en las aplicaciones de las plataformas que nos ofrecen series es similar a adentrarnos en un gran centro comercial, si no sabemos a lo que vamos, posiblemente nos romperemos la cabeza y saldremos con las manos vacías, uno termina apabullado por la cantidad de ofertas que nos proponen, esto en lugar de motivar, más bien inhibe, las dudas acarrean indecisión.
Los días tranquilos, sin tareas pendientes, motivan a estar en el sofá e iniciar el visionado de una serie; elegir entre aclamadas o desconocidas, si nos decantamos por las segundas nos sumergiremos en algo diferente desde los primeros capítulos, al ser nuevas no estarán catalogadas como obras maestras, por lo tanto, tenemos delante un producto que puede llegar a ser una joya, seremos parte de su descubrimiento y diremos que las vimos desde su estreno. Estar en ese punto, cuando no se sabe si funcionarán o no, es una buena apuesta, de esa forma observaremos como algo que nos gusta es elevado a los altares de la perfección o, en su defecto, es lanzado al abismo del olvido. También podemos optar por las aclamadas, las que son llamadas imprescindibles por la crítica, revisándolas confirmaremos si es verdad, o no, todo lo leído. En la actualidad, el nivel técnico al que han llegado está a la misma altura que el de las superproducciones cinematográficas; por eso no es una mala opción pasar una tarde viéndolas, pegados a la pantalla, algunas son adictivas hasta tal punto que podemos devorar en un día todos los capítulos disponibles, las buenas producciones siempre nos dejan una espina clavada y queremos saber el final de su historia, llegar al momento en que se unen los cabos sueltos, si tenemos suerte, porque, si se cancela, nos quedaremos con la duda.

Mitchel Ríos

Lume

Agli