Opinión

De afición, agresivos

Era jueves por la tarde, la gente se concentraba a las afueras del estadio San Mamés; algunos compraban entradas a última hora, otros se ubicaban en las puertas de acceso. Se reunía más gente de lo habitual para ver el encuentro entre el Athletic Club de Bilbao y el Spartak de Moscú, los seguidores de uno y otro equipo esperaban ver a sus clubs ganar; un enfrentamiento atractivo por los dieciseisavos de la UEFA Europa league.
Había un dispositivo de seguridad de acuerdo al evento. Declarado de alto riesgo, los controles eran pormenorizados, previendo cualquier tipo de conducta violenta, se quería evitar que seguidores de ambos equipos entraran en provocaciones, desencadenando problemas e inseguridad para la ciudadanía.
El Athletic había ganado por 3 a 1 en el partido de ida, jugado en Moscú, los del Spartak no perdían las esperanzas de poder remontar y clasificar a los octavos, mientras rodara el balón siempre habría posibilidad de dar la vuelta al resultado, el fútbol es imprevisible.
Se esperaba la llegada de algo más de dos mil quinientos aficionados rusos, todos seguidores del club moscovita, pertenecientes a la facción más violenta de hinchas de este equipo, por eso, se puso en alerta a toda la ciudadanía, se les dijo: si vieran o fueran víctimas de una agresión por parte de estos ultras (denominación usual que se le da a los grupos violentos) no dudaran en llamar al 112 (número de asistencia a los ciudadanos ante cualquier tipo de emergencia), sin embargo, las agresiones no tardaron en producirse, tres aficionados del equipo ruso que estaban hospedados en Vitoria, días antes del encuentro, hicieron destrozos en una tienda de artículos deportivos, saltaron las alarmas.
La prensa española tenía conocimiento de la clase de seguidores de ese club, en su mayoría ese grupo estaba compuesto por paramilitares, mostraban imágenes de grupos preparados para pelear, en el video se observaba a cientos de hombres golpeándose, eran imágenes del entrenamiento que realizaban, a eso se sumaban los mensajes en las redes sociales, donde sostenían que se harían notar, autodenominándose Spartakos, como tales debían hacer valer el nombre de su club, aunque no ganara dentro del campo, por lo menos, fuera de él serían temidos. Ante esto, el consejo de seguridad de Bilbao planificó un dispositivo compuesto por: 500 ertzainas (policía autónoma del País Vasco), 100 policías municipales y 200 agentes de seguridad privada, contratada por el Athletic. Con este contingente se cubriría la protección civil: incidencias de tráfico, de orden público y las referentes al nivel 4 por riesgo terrorista, en pocas palabras, todos los posibles frentes que representaran algún peligro estaban cubiertos. Sin embargo, a pesar de todo ese dispositivo hubo enfrentamientos entre los ultras los dos equipos, fue una batalla campal, algunos ciudadanos se lamentaban de todos esos incidentes, desde sus casas grababan con sus móviles todo ese caos ocasionado por aquellos que se dicen seguidores del fútbol, los habitantes de los edificios aledaños al estadio no podían salir a la calle, salir significaría exponerse, poner en peligro su vida. Todo esto por un simple encuentro deportivo, es importante indicar que dentro del estadio no se registraron casos de violencia, los desmanes los hicieron quienes se quedaron fuera, supuestamente todos esos contaban con entradas, pero prefirieron no ingresar, para pelearse por sus colores.
Esta vez pasó en Bilbao, pero la violencia en el fútbol es cosa de todos los días, gente enfundada bajo el disfraz de simpatizantes de un club toma como pretexto un encuentro deportivo para agredir a hinchas del club rival. Es curioso, pero los programas deportivos a veces parecen los noticieros normales, en lugar de informar sobre deporte, se centran en las agresiones y peleas que se dan entre seguidores de distintos clubs. A muchos nos resulta insoportable ver a gente agrediéndose por un simple juego. Deberíamos solicitar a los encargados de velar por nuestra seguridad que sean más duros a la hora de castigar estos actos, incluso si fuera necesario sancionar a los clubs, de esa forma ese seguidor se daría cuenta que no solo causa daños a su rival, sino, también a su equipo. Sin duda es indignante ver a clubes de futbol apoyando a sus seguidores ultras.
El vicepresidente del Spartak, Nail Izmáilov, defiende a sus aficionados radicales diciendo que no fueron bien recibidos en Bilbao, acusando a los seguidores del Athletic de haber provocado toda esa barbarie, alegando que en el partido de ida no hubo incidentes de ningún tipo. Lo único que hicieron los hinchas rusos fue defenderse: cuando te atacan, te ves forzado a atacar, así de simple —arguye—. Qué fácil resulta echar la culpa a los demás, quizás los defiende, por evitarse problemas, en muchos equipos los dirigentes son amenazados por estos grupos violentos. Por otra parte, el presidente del equipo vasco, Josu Urrutia, sostiene que serán sancionados todos aquellos socios que se hayan visto envueltos en esos hechos repudiables, alegando que son un grupo minúsculo y no representan los valores del club, además añade que los grupos violentos que enarbolan la bandera del Athletic no representan a nadie, por eso darán todo su apoyo y colaborarán con las respectivas investigaciones.
La preocupación es general, quedan pocos meses para el mundial de fútbol que tendrá lugar Rusia. En varios videos se han visto a grupos de simpatizantes rusos realizando acuerdos, para enfrentarse a los seguidores británicos, en este caso fueron grabados en Argentina, para ese fin les ofrecen, durante el mundial: hospedaje, alimentación y asesoría legal, definitivamente, se sabe que pasa esto y no se hace nada, me sorprende que campen a sus anchas, ya es hora de que se les prohíba la entrada a todos los estadios, deberían ser identificados por todos los países del mundo para prohibirles el ingreso, ellos no pueden seguir siendo parte de un deporte que nos gusta a millones de personas.
Ese jueves, mientras se llevaba a cabo el encuentro de fútbol, fuera había una batalla campal, los bandos del Athletic y el Spartak se enfrentaban con todo lo que tuvieran a mano. Como resultado de toda esta violencia un simpatizante ruso sufrió una puñalada en la espalda, otro una fractura en el brazo, un polaco sufrió fractura nasal, también hubo un hombre con traumatismo craneoencefálico. A estos se le debe añadir la muerte de un policía a causa de una parada cardiorrespiratoria mientras estaba cumpliendo con su labor. El listado de los heridos contiene solamente ocho nombres, pero se sabe que pudieron ser más. La policía vasca incautó: bengalas, puños americanos, porras extensibles, martillos y piedras. Durante los altercados se detuvo a nueve varones: tres rusos, un polaco y cinco vascos. El estamento deportivo, es decir, la UEFA está estudiando el incidente y espera recabar toda la información posible para efectuar los castigos correspondientes.
Se sabía que algo así podía suceder debido a la actitud reactiva de nuestras autoridades, al final, esos grupos de energúmenos se liaron a golpes, causaron daños, destrozos; exhibieron la peor cara de aquellos que se autodenominan hinchas, demostrando que su verdadera afición es la violencia.

Mitchel Ríos

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