Opinión

Calderilla

Los bancos quieren impulsar el uso de los pagos electrónicos y dejar de lado los convencionales, los que hacemos a menudo en metálico; eso permitirá la existencia de un entorno económico más transparente, sin puntos ciegos de los que se valgan los evasores, en pocas palabras, con esta decisión quieren combatirlos. A todos los que pagamos nuestros impuestos y nos ceñimos a las normas, nos puede sonar interesante: es necesario que todos juguemos en la misma liga.
Hay gente que está en contra de la desaparición del dinero en efectivo, arguyen que de esa forma uno no podrá movilizarse sin que los grandes entes que rigen nuestro mundo sepan lo que hacemos, a pesar de que, en el mundo actual, ya estemos monitorizados por las redes sociales, sin embargo, contra esa afirmación argumentan que, por ahora, elegimos lo que compartimos o no, en el otro sistema estaremos obligados a dar toda nuestra información personal porque solo así se podrá ser parte de su juego. Actualmente, declaran: podemos elegir el sistema que mejor se nos acomode, no tanto así, sí se implementa el entorno en el cual solo podremos utilizar el dinero electrónico.
Este es el punto central de su crítica, el sistema bancario como tal nos quiere empujar a la utilización de una divisa que solo le beneficia a él y, no como debería, al cliente, pues solo busca salvaguardar sus intereses; en ese proceso los más perjudicados serán aquellos que no tienen acceso a las plataformas digitales.
El mercado actual en el que nos desenvolvemos es mixto, se puede tener dinero físico y el que utilizamos en la transacción comerciales en la red; por ahora podemos elegir. Sin embargo, las propagandas con las que nos saturan los bancos nos indican que la mejor forma de ir por el mundo es sin dinero en el bolsillo. Desde hace un tiempo están invirtiendo grandes cantidades de dinero para mostrarnos las bondades que tienen los nuevos métodos de pagos, según sus dispositivos todo son ventajas, porque lo mejor para todos es trabajar haciendo desembolsos en plataformas virtuales. Además, el dejar de usar los métodos antiguos es en aras del progreso, de mirar hacia adelante y no quedarse estancados dentro de entornos que han demostrados ser poco fiables.
Toda esa argumentación suena convincente, sin embargo, puede generar inconvenientes si se implanta como única forma de pago la electrónica, imaginemos que, se produce un problema dentro del software ¿cómo realizaríamos nuestros pagos?, no olvidemos que suelen darse caídas de las plataformas mercantiles. En esas situaciones: ¿cómo actuaríamos? si la única forma es pagar por medio de tarjetas. Más de una vez los que hacemos uso habitual de estos medios, hemos tenido inconvenientes y, a causa de ello, nos hemos visto obligados a declinar una transacción.
Un sistema no tiene por qué anular al otro; de la mezcla podemos servirnos todos y disfrutar de sus beneficios. Sería bueno seguir el modelo de los coches y las bicis, en este caso, un medio de transporte no anula al otro, se complementan. El usuario tiene la posibilidad de decantarse por uno de estos ellos de acuerdo a sus necesidades.

Mitchel Ríos

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