Creatividad

Así, de otro modo

No nos planteamos que esto tuviera el recorrido que tuvo, surgió. Teníamos la costumbre de encontrarnos sin buscarnos, aparecíamos y nos íbamos a disfrutar la soledad.
Te vi e imaginé lo que se sentiría estar a tu lado, siendo cómplice de tus desvaríos, salidas de lugar y forma de expresarte.
Me resultabas diferente, tus ocurrencias conseguían distraerme, me sacabas del mundo en el que me desenvolvía y eso me gustaba (era bueno salir de la monotonía).
Cuando nos encontrábamos podíamos desconectar, nuestros mundos se apartaban, ahí no había nadie más, era como si todo dejara de tener sentido. Pocas veces he vuelto a sentir algo así, lamentablemente, no ha sido posible.
En este momento, en el que intento recordar aquella época, se cierne sobre ella el olvido. No consigo rememorar esos hechos con claridad, por eso los completo con mi inventiva, no por alterar la realidad, sino por la necesidad de tener una imagen clara de lo que pasó.
En este punto meditaba sobre si valía la pena autoengañarse, agregando a sus vivencias hechos que no sucedieron, pero se respondía automáticamente: era mejor mentirse a vivir triste por no poder recordar su pasado.
Tú estabas ahí, nunca he sido demasiado observador, tengo mis limitaciones. Puede sonar tonto, pero las cosas fueron así.
Un día se nos ocurrió ir sin un destino claro. Queríamos sentirnos foráneos, apartar lo que nos definía, en aras de encontrar nuevos sentidos, nuevas formas de ver nuestro entorno. Podría resultar risible, sin embargo, en ese instante tenía algo que nos seducía, nos hacía sentir especiales.
Las tardes eran algo más que unas simples tardes, sentados en cualquier parte de la plaza, daba igual el sitio en el que nos ubicáramos, lo importante era centrarnos en aprovechar el tiempo que teníamos para compartir.
Aquel lugar se ubicaba en el centro, el bus me dejaba a varios bloques de distancia, usualmente era puntual, no obstante, de vez en cuando, no. A veces intervenían otros factores que me imposibilitaban estar a la hora acordada, esto podía malinterpretarse, como si no estuviera con la disposición de estar a tu lado, pero eso estaba lejos de ser verdad.
Por momentos, cuando me pillabas en clase, solo bastaba con verte para que, con cualquier excusa, saliera raudo a tu alcance, me daba igual, sentía que era mejor estar a tu lado.
La situación se repitió varias veces, tu excusa era pueril, estabas ahí porque solicitabas información, no porque fueras a buscarme, dentro de mí sabía que te costaba reconocer la verdad, ya que no querías dar tu brazo a torcer, tal vez por mantener un aire de misterio o para indicarme que me costaría hacerme un hueco a tu lado.
Éramos singulares, cada uno tenía en mente una realidad particular, aunque no conocía a la Maga, sabía que en alguna parte estaba.
¿Qué hubiera pasado si las cosas hubieran sido de otro modo?
Imaginar algo así es difícil, plantear un mundo posible, aún más, porqué deberían intervenir una serie de factores que a estas alturas han quedado rezagados. Han perdido actualidad, si lo intentáramos de nuevo tendríamos que darle otras energías.
De repente se nos ocurrió un juego, terminar para volver a empezar, nos gustaba participar de él, nos gustaba decir: es necesario darnos tiempo, nos gustaban las reconciliaciones.
Siempre en la misma plaza, al lado de los mismos edificios, edificios que se pierden en lo volátil de los recuerdos, ¿realmente sucedió?, es una pregunta que surge, porque siento que todo fue demasiado rápido, llegando a ser una simple anécdota dentro de nuestra historia.
Nos distanciamos, llegó el día en el que lo de terminar no fue en broma. No lo calculamos, dejamos de estar juntos, dejamos de buscarnos, de encontrarnos sin desearlo, el cielo dejó de ser acogedor, todo se tornó gris, volteamos página.
En ocasiones se cruzaban, pero cada uno tenía sus propias preocupaciones, no era sencillo detenerse, compartir pareceres, la complicidad se perdió y de esto se dieron cuenta.
Los lugares que los vieron conservarían la huella de sus encuentros, seguirían así, encontrándose sin querer eternamente, buscando nuevas formas de conocerse, de perderse, seguirían entreteniéndose en la incertidumbre de ser prisioneros de un encuentro repetido, de un encuentro que sería novedoso, así lo querrían.
Si volviera al pasado, te buscaría, haría todo lo posible por conocerte antes, para no perder el tiempo que se diluye en nuestros recuerdos.

APP

300

Dos