Miscelánea

Una Lectura…

He finalizado la lectura de un libro, es el primero que termino, en este año, a partir de una lectura lineal. En realidad, es una obra que he vuelto a leer.
Enfrentarme a esta lectura era un reto, porque la primera vez que lo leí sentí que no había asimilado muchos de los aportes que me hacía, no obstante, en esta oportunidad sentí que contaba con más conocimientos que la primera vez, el tiempo que ha pasado no ha sido en vano, leí más libros después de él y me ayudaron a entenderlo mejor, por eso he sentido que poseía las herramientas pertinentes para descifrar su sentido.
Los buenos escritores son como los magos, hacen que mires en una dirección cuando el truco va por otro lado. Mi primera lectura fue una lectura superficial, se centró en los aspectos que el autor descubría desde el inicio, miré en la dirección que él quería que mirase, me despistó por completo, por eso considero que aquella primera lectura fue un fracaso, debería haber puesto más atención y no caer en el engaño.
Cuando uno se acerca a un texto son importantes los elementos que están fuera del mismo, porque condicionan el disfrute que podemos tener con su lectura. Un libro que en un momento nos resultó difícil, en otro se nos hace más sencillo y viceversa, incluso, un libro que nos pareció bueno, no consigue pasar la prueba de una segunda lectura. Todo esto determinado por el momento en el que nos acercamos a ellos, de eso depende que te guste o no.
La lectura que he realizado me ha hecho observar los puntos centrales de la obra -quiero creer que son los centrales- esos elementos habían pasado desapercibidos en la primera oportunidad, también entendí las referencias que realizaba el texto y comprendí los procesos a los que hacía alusión. Comencé a vislumbrar lo que se anidaba en su interior de tal forma que comenzó a crecer en mí la expectativa de desentrañar sus elementos ocultos. Realicé una lectura más clara porque habían pasado algunos años desde la primera vez y soy menos ingenuo. Los referentes eran parte de mi acervo de lector, manejaba algunas de las ideas que surgían conforme avanzaba en su estudio, iba haciendo descubrimientos en cada hoja que me habían sido ocultados en la anterior lectura, era como si todos los libros que leí posteriormente a ese encuentro, sirvieran para esclarecer lo que en su momento fue algo ignoto para mí, logré descubrir donde estaba el truco y no me dejé engañar por ese escritor, sin embargo, como toda buena obra en una siguiente lectura me dará más de sí, nuevos sentidos y nuevos desafíos por delante.

Mitchel Ríos