Opinión

La hora inadecuada

A todos nos ha sucedido alguna vez que entramos en busca de información puntual a la Red y terminamos leyendo textos que no tienen nada que ver con nuestra búsqueda inicial. Uno de estos días tenía que realizar un trabajo, en mi búsqueda me topé con varios artículos, algunos de los cuales trataban sobre asesinatos. El tema en sí no es algo que me seduzca, pero los textos estaban bien redactados, además, por cómo estaban ideados, hacía que fueran interesantes. Este tipo de asuntos son escabrosos y suelen herir sensibilidades.
Uno de los textos que leí hacía una reseña sobre un asesinato sucedido en los años noventa en España. Dos chicos mataron a un tipo mientras participaban en un juego de rol, crearon un mundo ficticio, habían armado un guion que consistía en matar a alguien de veinte puñaladas. La elección fue al azar, salieron una noche y recorrieron zonas cercanas a donde vivían, antes de toparse con el infeliz, que sería asesinado, tuvieron varios candidatos, pero por diversos motivos, no fueron los elegidos. Hasta que llegaron a una parada de autobús. En ese lugar esperaron a que se acercara alguien, después de unos cuantos minutos de espera hizo su aparición un hombre de cincuenta y un años, eran las cuatro y cuarto de la mañana. Este había cobrado su nómina; por diversas razones se había retrasado y en lugar de regresar en taxi a casa, decidió coger el bus nocturno o búho, como se le suele llamar en Madrid. Los dos amigos estaban preparados para realizar el macabro hecho, llevaban consigo cuchillos afilados, guantes y consideraron que era la situación ideal. Sería el crimen perfecto, la víctima desconocía lo que le iba a suceder y los criminales no tenían móviles para llevar a cabo ese hecho, a eso se le podría añadir que la parada del bus era un oasis descampado, adecuado para sus fines. Se acercaron al infortunado y comenzaron el ritual sangriento, lo acuchillaron, por la complexión del hombre se les hizo complicado matarlo, ellos tenían 17 y 22 años, una vez consumado el hecho, regresaron a su casa sin sentir remordimiento.
Después de ese asesinato, tenían planificado realizar otro similar, pero la policía los atrapó. La historia del crimen corría entre los amigos de los chicos y llegó a oídos de alguien que se lo comunicó a los agentes, para suerte de la posible futura víctima, iba a ser una mujer, tenían todo planificado, sin embargo, todo fue desarticulado por las fuerzas de seguridad.
Leer un artículo como este es impactante, este tipo de historias son sobrecogedoras. Todos, alguna vez, nos hemos despistado con la hora; por culpa del trabajo, alguna cita u otra cuestión, por eso nos hemos encontrado esperando autobuses a horas en las que parece que no viviera nadie en la ciudad y lo que menos esperaríamos es que alguien estuviera ahí para asesinarnos, simplemente por despistarnos con la hora.
¿Cómo es posible que alguien pudiera hacer algo semejante?, no hablo de hacer bromas pesadas —ya me parecen excesivas—, hablo de deshacerse de alguien simplemente porque a otro le da la gana y disfruta haciéndolo. La situación que se describe es cruel, a eso se le añade la manera fría con la que se lleva a cabo. No trato de entender la razón que puede llevar a alguien a realizar un acto así porque entender significaría que justifico una acción tan deleznable.
Usualmente trato de alejarme de este tipo de artículos, no obstante, se sabe que nuestro mundo no es un paraíso, existe de todo y nos exponemos a diario a miles de peligros —en algunos lugares más que en otros—, no estamos libres de lo imprevisible que puede ser la naturaleza humana. Tampoco estamos libres del azar, estar a la hora y en el lugar no adecuado.

Mitchel Ríos

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